No
soporto este caos, esta presión en el pecho,
este
dolor de cabeza, las pocas horas de sueño,
no
aguanto más.
El
frío me cala los huesos, la lluvia ya no limpia nada,
solo
me destroza aun más por dentro,
sólo
camufla las lagrimas de mi alma.
Me
siento tan fuera de lugar en este sitio,
rodeada
de conformistas que abandonan sus aficiones por un gramo.
Harta
de escuchar a cobardes incapaces de echarle huevos a la puta de la
vida decir:
''
yo ya no tengo nada que perder ''
como
si la vida fuese injusta sólo para ellos.
Pero
luego estamos los otros; los buenos en el infierno,
echándole
valor a la batalla interior que poseemos cada segundo del día,
gastando
paquetes de tiritas a lo tonto porque el corazón no obedece ordenes,
de
nada ni nadie,
desangrándonos
todas las noches en camas frías y,
deshaciéndonos
en miradas sinceras.
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